Cuidar tu motocicleta no es solo una cuestión de estética, es una inversión en seguridad, rendimiento y durabilidad. Un mantenimiento preventivo bien hecho puede ahorrarte reparaciones costosas, evitar accidentes y mantener tu moto siempre lista para rodar. En esta guía te contamos todo lo que necesitás saber para mantener tu moto en perfecto estado.

1. Revisión periódica del aceite y filtro

El aceite lubrica las piezas internas del motor y reduce el desgaste. Revisá el nivel de aceite cada 1.000 km y seguí las recomendaciones del fabricante para el cambio, normalmente cada 3.000 a 5.000 km. No olvidés cambiar el filtro de aceite junto con el cambio, ya que retiene impurezas que podrían dañar el motor.

2. Cuidado de la cadena de transmisión

La cadena es el vínculo entre el motor y la rueda trasera. Mantenela limpia, lubricada y con la tensión correcta para evitar desgaste prematuro o pérdida de potencia. Revisala cada 500 km o después de rodar en condiciones de lluvia o polvo.

3. Inspección de frenos

Unos frenos en mal estado son un riesgo directo para tu seguridad. Verificá el grosor de las pastillas y el nivel de líquido de frenos. Si escuchás ruidos extraños o sentís vibraciones, es momento de revisarlos con un mecánico.

4. Estado de las llantas

Controlá la presión de aire al menos una vez por semana y revisá el desgaste del dibujo. Una llanta desgastada o mal inflada afecta la estabilidad, el agarre y el consumo de combustible.

5. Sistema eléctrico y batería

Revisá que las luces, intermitentes y claxon funcionen correctamente. La batería debe mantenerse cargada y sin sulfatación en los bornes. Si la moto pasa mucho tiempo sin usarse, desconectala o usá un cargador de mantenimiento.

6. Limpieza y cuidado general

Mantener la moto limpia no solo mejora su apariencia, también permite detectar fugas, fisuras o piezas flojas. Usá productos adecuados para no dañar la pintura ni las partes metálicas.

El mantenimiento preventivo es la mejor forma de disfrutar tu moto por más tiempo y con mayor seguridad.